Mi casa en calle Baquedano 193.

Por varios años no he comprendido un sueño que a ratos vuelve por la noche: vuelvo y entro a mi última casa de mi época de jóven universitaria. Me gusta soñar con eso. Siempre sabe a bien, aunque a veces siento que tengo deudas pendientes.

Mientras escribo este post, escucho a U2 ( With or without you) y veo en las imágenes de video a Bono: más joven. Aún conservo cuatro croquis que hice de los integrantes de U2... y dibujé un quinto retrato: el mío. Y mi juego era incluirme en la Banda con ellos como un integrante más, con mi pinta tipo Janis Joplin, de pelo largo y castaño, libre y suelto. U2 representaba en esos momentos LA LIBERTAD DE EXPRESION, en su amplio sentido.

(la imagen es para hacerse la idea del dibujo, ya lo encontraré)

Esos dibujos los hice hace 16 años atrás, escuchando esta música y viviendo en la casa del cerro Recreo, calle Baquedano 193, Viña del Mar.

Hoy creo haber comprendido ese sueño del volver allí. Tal vez en dias del presente en que no me siento nada libre, me refugio en sueños en esas casa dónde viví la vida intensa y esperanzadora de una estudiante de Arquitectura, rodeada de los mejores amigos del mundo, como la Pauli Michelli, el Chino, el Kiko y la Elisa, La Filo y el Huberto, el Pepao, Gabrieleitor y Nanao, y mi niña Valentina. Educada entre pintores, poetas y escultores, matemáticos y arquitectos: Godo, Alberto Cruz, Miguel Eyquem, Boris y Ana Paz. De ellos aprendí que lo que importa es "la gloria" y no "la fama", lo que importa es la excelencia en nuestro oficio. Ellos me dieron ejemplo para toda mi vida: lo que importa es el arte de crear, una vida libre y honesta, de austeridad. También he aprendio de Juan Micelli y la Maribel. Ellos están dentro de mi. Viven en Valparaíso, mirando hacia el océano.

Creanme que estoy viviendo hoy una "dicotomía valórica " en mi vida muy fuerte. Y a ratos quiero volver a soñar que entro a mi casa de la calle Baquedano.

Mi vida de pequeña fué feliz: padres que se han sacado a cresta por darnos la educación que hoy tenemos, privándose hasta de lucir buen vestir. Nunca tuvimos auto. Me eduqué toda la vida entre las monjas del colegio y los fines de semana en la Parroquia El Sagrario, con curas progresistas que nos inculcaron el valor de "la opción preferencial por los pobres".

Mi trabajo es un privilegio: ayer le entregamos sus títulos de dominio a 49 familias que vivieron en la extrema marginalidad y exclusión social. Ayer comprendí lo que el santo Alberto Hurtado dijo: "contento, señor, contento". Por que doy gracias por poder ayudar. También estuve con la Sra. Rosa, mujer luchadora por un grupo de 24 familias que viven en un campamento. Ella está con cáncer y muy débil, pero la acompañé a hablar y pedirle piedad a la dueña del terreno donde está el campamento dónde viven: "dele plazo, no los desaloje, las casas nuevas se las entregaremos en tres semanas más"... me sentí bien.

Pero me provoca mucho dolor otras injusticias que veo y que no.... Me duele y lloro como cabra chica a mis 40 años, de pura impotencia... debo hacerme cargo de esto, pensar que hacer y optar. (que Dios me ayude a tomar la mejor decisión.)

Entonces hoy quiero volver a soñar que entro a mi casa de la calle Baquedano: la casa que representa la Libertad que a ratos he perdido.