Tsunami

Mi sueño entre sueños de anoche fué una mezcla de sensación de salvación dentro de un gran susto provocado por un tsunami en un lugar que conozco de pequeña: el pueblo donde pasé muchos veranos junto a mi familia, Pichilemu. La tierra se veía húmeda y yo estaba mirando hacia el mar desde el Hotel Ross, frente al parque. Cerca mío estaba Jesús, mi hermano Esteban y Ale. El mar llegaba lentamente y luego torrentosamente.Este mar turbulento y enloquecido comenzó a arrastrar maderas y a arrumbarlas en el patio del hotel, antes bello, y ahora convertido en cerros de basuras arrastradas. No pude ver la esbelta palmera que nos orientaba. La tierra de pronto comenzó a agrietarse. Buscabamos ventanas donde mirar. El cielo estaba oscuro, pero de día. Les indiqué a todos un lugar sólido, donde el suelo de madera seco, sonaba no hueco al taconear. Era ese nuestro lugar, el mar pasaría, este gran Tsunami se marcharía con su violenta irrupción. La naturaleza vuelve a su naturaleza. El cielo se despejó, pudimos ver y re-vernos. Y pudimos re-inventar ese pueblo: el hotel ross no se derrumbó.