Sewell: Patrimonio de la humanidad.

Le pedí a la enfermera que me regalara esta taza metálica. En ella lavaba mis pinceles. Mi estadía en el Hospital de Sewell fué larga, es posible que por mi edad y el momento: yo tenía 6 años y era Navidad . Decidieron aislarme en cuarentena pues el diagnóstico era severo: tifoidea. Aun recuerdo los baños en tinas para bajar la fiebre y la cabeza casi explotaba.... los ruidos a lo lejos... fiebre. Me pasé esos días pintando y coleccionando el album “Flora y Fauna”. Ya mejorada pude ir a nadar a la piscina temperada. Y con mi papá pasamos al Palitroque.

A Sewell he vuelto muchas veces, por que es parte de mi historia y hoy me llena de orgullo haber colaborado con un granito de arena para que sea nombrado patrimonio de todos, Patrimonio de la Humanidad por Unesco. Fué emocionante este jueves por la mañana, estabamos junto a los Scouts y el Círculo Social de Sewell, con el gerente de Codelco-División El Teniente, cuando desde Lituania Felipe Ravinet, arquitecto a cargo de las gestiones, nos contaba por teléfono de esta nominación.

Lloré abrazada de mi amiga Antonia, una señora de más de 70 años, dueña de casa, presidenta de esta agrupación de mujeres que vivieron, lloraron a sus hombres en la tragedia del humo y la muerte blanca. Abracé a mi papá con fuerza .Hoy celebramos y hacemos de todos ustedes nuestro legendario Sewell.

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